Primero construye tu propio yo interior

La noción de “enfrentar el futuro” conduce a una de las motivaciones más importantes que cultivamos hoy: la acumulación de riqueza material. A menudo esto se lleva a cabo de una manera muy individualista.

La motivación adecuada es más importante que los logros. En mi vida, he prestado poca atención a hacer cosas con miras a celebrar un logro más (aumentar mi currículum vitae). La mayoría de las veces, mi existencia diaria ha estado regida por “el presente”: el aquí y el ahora. Y, quizás, también, por los pocos minutos que transcurren justo antes del aquí y ahora, que aprovecho para sentar las bases de todas mis tareas diarias. Es en esta experiencia que reconozco la importancia crítica de la “motivación” para cualquier acción o logro determinado. La verdadera conciencia surge de una comprensión plena de la cantidad, calidad y ética de mi motivación. A esto lo llamo: “el pensamiento antes del pensamiento” y “la acción antes de la acción”. Ambos pertenecen a la paradoja del logro.

Otra dimensión de esta paradoja del logro es que la calidad de la motivación depende del estado de mi mente y de mi conciencia. Es un hecho que una mente clara conduce a una motivación clara. Esto ha evolucionado a lo largo de los años. Así, cuando yo era niño, un logro importante era, por ejemplo, ganar un partido de fútbol y estar con mis amigos más cercanos. No se trataba sólo de ganar un partido. Cuando era adolescente, era tener amigos. Como joven economista profesional, fue testigo de un proyecto de desarrollo implementado sobre el terreno (en India, Pakistán, Sri Lanka, Brasil, Colombia…). Como profesional experimentado, debía contribuir al diseño y la implementación de importantes declaraciones de políticas internacionales (por ejemplo, pesca, biodiversidad, gestión de la tierra, desertificación, silvicultura, energías renovables…). Hoy, a mediados de los setenta, mis logros surgen de dedicar toda mi vida al mejoramiento de la humanidad, de los seres sintientes y de la naturaleza, y de hacer una transición apropiada a mi próxima vida. La calidad de la motivación, el poder del discernimiento y la capacidad de comprender las causas y condiciones de la vida, determinará qué y cuándo se logra algo dentro del “reino de la sabiduría”. El logro sin sabiduría se vuelve un desastre. Para el ladrón, los logros se traducen en cuántos robos se llevan a cabo, y para un asesino, en cuántos asesinatos se cometen. En mi experiencia, muchos triunfadores tienen la motivación equivocada, aunque tienen una lista muy larga de logros.

En mi vida, mi motivación siempre abarca al “otro”, porque los logros no se refieren sólo a mí mismo; es decir, la idea no es beneficiar y satisfacer mis deseos personales.

Nunca me ha preocupado el número de logros.

Podrías decir: “Pero usted tiene varios premios internacionales de la paz, ha escrito muchas           declaraciones políticas importantes, alcanzó el nivel de Director del Banco Mundial, se convirtió en Representante Especial del Banco Mundial ante las Naciones Unidas, fue candidato a la presidencia de Chile, y mucho más”. Es cierto, pero para mí estos son sólo logros parciales y de una satisfacción de muy corta duración. En nuestra vida, uno o dos logros pueden bastar, para alcanzar la misión fundamental por la que viniste aquí; por ejemplo, alcanzar la iluminación, conquistar la paz interior, tener la capacidad de autogobernarse, etc.

Quizás, y más importante de todo, uno de mis logros sea aumentar mi capacidad de amar, de ser compasivo, de compartir mi alegría y de practicar la ecuanimidad. Para muchas personas, es posible que estos no cuenten como logros. Es paradójico ver que este tipo de logros nunca están “terminados”: son objetivos en constante movimiento. Quizás mi logro más importante haya sido la decisión de emprender el camino de mi autorrealización interior. En tal proceso, he notado que he podido integrar plenamente la espiritualidad con la economía, la política, los negocios y la gobernanza dentro del dominio público.

Finalmente, debo decir esto: en realidad, nada de lo anterior son realmente mis logros. Los logros nunca son un “vuelo en solitario”. En la mayoría de las situaciones, yo sólo he sido una pequeña pieza de un enorme rompecabezas, junto con un océano de personas, mentores, padres, amigos y colegas que fueron, o son, parte de lo que logré. Cada uno de esos pueblos ha sido parte integrante de lo que podrían parecer mis logros personales.