Primero construye tu propio yo interior

¿Cuál es su visión de un Nuevo Chile?
.

Dr. Alfredo Sfeir-Younis

Dzambling Cho Tab Khen

Chile es un país en transición de una gestión basada en las leyes del mercado a un país gestionado por la justicia y los derechos humanos. Se trata de un cambio fundamental de proporciones complejas, que requiere cambios profundos en el pensamiento, las políticas y los hábitos. El reclamo hoy es por una nueva forma de sustento. Muchas dimensiones institucionales se han debilitado debido a la falta de un compromiso político serio y al afianzamiento de los poderes económicos que dominan la escena económica actual. El pasado reciente estuvo dominado por un sistema socioeconómico muy materialista e individualista aplicado hasta sus extremos, cuya penetración ha sido acelerada y profundizada por el proceso de libre comercio y globalización. La “estrategia trickiedown” no fue suficiente. La gente ha sido muy activa en la recuperación de las dimensiones humana, ambiental y social de sus vidas, en todas partes.

Hoy no existe una solución milagrosa que resuelva la situación, ni la situación se resolverá de un día para otro.

El país exige pasar del “tener” hacia el “ser” y el “llegar a ser”:

El deterioro progresivo de nuestra vida se ha visto exacerbado también por las drogas. trata de personas, corrupción masiva y debilitamiento del sistema de justicia independiente. Vivimos una crisis humana y social de grandes proporciones tanto en el ámbito rural como en el urbano. Se necesitan políticas y reformas institucionales importantes.

La pregunta fundamental hoy es saber si existe voluntad política para hacerlo. En mi opinión, no está claro que hoy exista una política consensuada. La política está extremadamente fragmentada y lograr consenso es casi imposible dadas las circunstancias. El “cálculo político minimalista” está ahora dominado y controlado por intereses económicos individuales.

El ego económico y la globalización han sido nuestros peores enemigos. Mi visión de un nuevo Chile siempre ha sido la misma: que Chile sea Chile, y no un imitador de otros países u otros modelos económicos desarrollados en otros lugares. No somos Estados Unidos ni seremos como los estadounidenses. No estoy juzgando si son buenos o no. Ese no es mi punto. La cuestión es que nosotros, los chilenos, debemos convertirnos en quienes realmente somos y contribuir a todos los demás países utilizando el gran valor arraigado en nosotros mismos. Nuestro Yo material y espiritual.

El primer elemento de la visión es una nueva definición de lo que entendemos por bienestar, desarrollo y nivel de vida. Esta debe ser la base. Para definirlos, tenemos que asegurarnos de tener un país que incluya a todos los ciudadanos, sin importar su origen étnico, clase social, edad o niveles de ingresos. Debemos definirnos por la ley de la interdependencia: la diversidad dentro de la unidad, sin importar lo que tengamos o quiénes seamos. El lema debería ser “Yo soy porque tú eres y tú eres porque yo soy”. El sistema neoliberal destruyó ese bordado. En un momento de mi vida viví en Suiza. Dejé ese hermoso país sabiendo que Suiza está construida y gestionada para todos los suizos. Por el momento, los chilenos no tenemos consenso sobre los conceptos enumerados anteriormente, ni si el país es de todos nosotros.

El segundo elemento de la visión es entender que sin naturaleza y bienestar ambiental no hay bienestar material ni espiritual, en el mediano y largo plazo. También deberíamos estar definidos por la ley de correspondencia. El lema es: “lo interior es como lo exterior y lo exterior es como lo interior”. Si destruimos nuestro medio ambiente y nuestra naturaleza, nos estamos destruyendo a nosotros mismos. Hemos hecho mucho de eso durante las últimas décadas. Esto debe cambiar inmediatamente. La naturaleza es nuestro don más importante.

El tercer elemento de la visión es establecer un sistema de gestión de la tierra y el agua en todo el país: acceso, propiedad, uso, conservación y gestión. Esto también debe aplicarse a todos nuestros recursos naturales y a los servicios del medio ambiente. Hoy hemos dejado el mercado para hacerlo. El resultado final ha sido una tremenda devastación de la naturaleza (bosques naturales, pesca, minería, contaminación urbana, desaparición de la biodiversidad…). No será una tarea fácil, ya que el acceso y la propiedad de la tierra y el agua son fundamentales para la estructura del poder económico y político. Habrá mucha resistencia.

El cuarto elemento de la visión es empoderar a todos los ciudadanos. Hoy vivimos en la era de la “ciudadanía”, y todas las comunidades deben convertirse en un componente orgánico y vital de la toma de decisiones en todas partes. Esta es la marca de nuestros tiempos. Tal empoderamiento es esencial para tener estabilidad social y económica, y es garantía de un futuro brillante para los sectores privado-corporativo y público-gubernamental. Cualquier visión exitosa debe abarcar este triángulo de gobierno, sector privado y ciudadanos. En Chile es más aceptable una visión que considere sólo dos patas: el sector público y el privado. Este ha sido nuestro error más grave en el pasado y debe corregirse.

El quinto elemento de la visión es tener una economía y una sociedad que establezcan un sistema de seguridad social y justicia para todos. No sólo para unos pocos. Nuestra población está envejeciendo rápidamente y debemos proporcionar un sistema digno para quienes estamos en ese tramo de edad en el que es vital tener un verdadero sistema de salud y seguridad social. Del mismo modo, debemos garantizar que los jóvenes y las generaciones venideras tengan y tendrán un futuro real y próspero. Hoy en día, hay una nube oscura de incertidumbre y miedo flotando sobre la nación, que alimenta cada vez más inestabilidad y desconfianza social. Esta parte de la visión requiere un nuevo e innovador paquete de leyes, regulaciones, instituciones, políticas, inversiones y reformas institucionales de tercera generación, teniendo en cuenta los avances en tecnología, inteligencia artificial, ciencia, investigación, innovación, emprendimiento, comunicaciones y más. Evidentemente, se necesita un sistema educativo totalmente nuevo, capaz de formar líderes que nos guíen en el futuro.

El sexto elemento de la visión es desarrollar las dimensiones inmateriales de cada persona, de las comunidades y de la nación chilena en su conjunto. No se trata de religión. Se trata del Yo, nuestra identidad, sentido de pertenencia, cultura, alimentación y nutrición, vivienda y sustento local, nuestras raíces indígenas, costumbres, música, poesía, deportes, artes, danza y todo lo que nos da una razón de ser. Estos exigirán una tremenda revolución de valores, con especial énfasis en valores colectivos como la solidaridad, la cooperación, la justicia, la verdad, la reconciliación, el perdón, la identidad social, el amor, la ética, la moralidad, la compasión, la equidad, la tolerancia, los derechos, las responsabilidades compartidas, etc. Valores que ampliarán y fortalecerán nuestra conciencia colectiva como nación. Soy consciente de que todo lo anterior debe ir acompañado de un gran número de acciones y políticas para construir un verdadero futuro próspero. He tratado de resaltar aquellas intervenciones que a menudo se olvidan. Todos queremos un Chile feliz, próspero, sano y espiritual. No sólo una nación materialmente rica.

Mi visión de un nuevo Chile siempre ha sido la misma: que Chile sea Chile, y no un imitador de otros países u otros modelos económicos desarrollados en otros lugares. Los chilenos debemos convertirnos en quienes realmente somos y contribuir a todos los demás países utilizando el gran valor arraigado en nosotros mismos. Nuestro Yo material y espiritual.

WordPress Video Lightbox Plugin